Después de China, Colombia es el segundo país exportador de fajas en el mundo. Lo interesante es que el mercado que más apetece sus prendas de control es Estados Unidos.
Las colombianas hace décadas que usan fajas, pero ahora el mundo y sobretodo Estados Unidos parece estar contagiado con la misma devoción (¿obsesión?) por domar la panza. Hasta Kim Kardashian alardea de su faja hecha en Colombia.
“Después de China, Colombia es la segunda exportadora de fajas en el mundo. Así el mercado de esta prenda íntima le representó al país un ingreso de 37.4 millones de dólares en 2014, y 43.6 millones en el 2015, mostrando año a año un crecimiento”, dice con contundencia Inexmoda, el Instituto Nacional para la Exportación de la moda colombiana.
Lo interesante es que esas exportaciones millonarias tienen dos destinos estratégicos: las mujeres de Estados Unidos y las de México.
En Colombia siempre ha habido fajas, en parte, porque al ser este un país textilero, vio crecer una fuerte industria de ropa interior y corsetería que abonó un terreno para que esta prenda entrara en sus catálogo íntimos hace más de 30 años, cuando ni siquiera estaban de moda.
Estas prendas de control empezaron a estar en los clóset de cientos de colombianas gracias también al boom de las cirugías plásticas que incluso alentó un fuerte turismo desde el exterior que buscaba a los especialistas colombianos para hacerse sus procedimientos.
“Mientras más operaciones se realizaban en el país, más se creaba la necesidad de crear prendas que fueran capaces de proveer control, firmeza y cuidado al cuerpo recién operado. Esto fue generando una competitiva industria”, explica por su parte , Clara Henríquez, directora de Plataformas Comerciales de Inexmoda.